Hay buenas razones para llorar: la clave (no tan secreta) de la estabilidad emocional

por | Jun 5, 2023 | Vivir Mejor

Al igual que tantas otras cosas de la naturaleza, llorar es también una contradicción. Puede acompañar el dolor más profundo o la alegría más pura. Puede ser una respuesta a la ira y la frustración o a una poesía demasiado hermosa para ser contenida en palabras.

Como tal, a menudo se piensa que el llanto es una expresión de emoción salvaje. Pero ésta es otra contradicción más: de hecho, el llanto puede ser una herramienta poderosa para domar nuestros sentimientos, para mantener una profunda ecuanimidad en nuestra vida emocional. Puede traer equilibrio, paz y, tal vez, incluso un toque de lo divino.

EN LAS BUENAS Y EN LAS MALAS

El llanto es muy común y esencialmente humano. Aunque muchas especies gritan angustiadas para indicar que necesitan ayuda, solo los humanos lloran, con lágrimas, por razones emocionales y no por irritación ocular. El psicólogo holandés Ad Vingerhoets lo ha relatado en su investigación: 2 desencadenantes negativos del llanto son extremadamente consistentes en todas las poblaciones y culturas, la impotencia y la pérdida.

De vez en cuando, sin embargo, lloramos de alegría. Los académicos lo encuentran desconcertante, porque parece absurdo que respondamos a emociones abrumadoramente positivas con una expresión negativa. Una nueva investigación realizada en varios países encontró que el llanto feliz tendía a ocurrir en 4 ocasiones: momentos de afecto extraordinario, como bodas (55% de llanto positivo, en promedio); momentos de logros inusuales, como ganar un premio (29%); asombro ante la belleza, como la música exquisita (8%); y diversión intensa (3%). Clasificarlo, sin embargo, no lo hace parecer más lógico.

De hecho, puede haber una conexión más profunda entre el llanto feliz y el llanto triste: ambos son una respuesta a los extremos emocionales, lo que sugiere que las lágrimas nos ayudan a regresar al equilibrio. La emoción negativa abrumadora es importante, incluso para salvar vidas, en una crisis como estar separado de sus seres queridos o estar bajo amenaza – crea el impulso de actuar con fuerza o inmediatez. Pero permanecer en este estado no ayuda más allá de la crisis inmediata (ni es agradable), por lo que buscamos reducir el estrés y mejorar nuestro estado de ánimo, para lo cual llorar puede ser bastante efectivo. Algunos investigadores argumentan que también necesitamos reiniciar emocionalmente cuando las cosas son demasiado maravillosas. La alegría abrumadora se siente genial, pero nos distrae de los asuntos de la vida. Y el éxtasis continuo sería agotador.

EL MISTERIO DE LAS LÁGRIMAS

El mecanismo exacto por el cual el llanto mantiene bajo control las emociones extremas no se ha establecido definitivamente. Algunos investigadores han postulado que hay una verdad literal en el proverbio judío «Lo que el jabón es para el cuerpo, las lágrimas son para el alma». En su libro Crying: The Mystery of Tears, el bioquímico William H. Frey planteó la hipótesis de que eliminamos las hormonas del estrés como el cortisol a través de las lágrimas. Otra teoría menos aceptada es que las lágrimas limpian la sangre de ciertas toxinas o sustancias químicas no deseadas.

El equilibrio emocional es bueno para el bienestar: aunque los sentimientos fuertes son inevitables, tener altibajos emocionales excesivos y persistentes claramente no está asociado con una buena salud mental. Las personas que experimentan emociones desreguladas, positivas y negativas, a veces se dice que tienen un «trastorno ciclotímico», un trastorno del estado de ánimo que reduce la calidad de vida.

El llanto no es una panacea, por supuesto. Llorar involuntariamente, por ejemplo, en el trabajo, puede provocar vergüenza, lo que es poco probable que nos haga más felices. Esto es especialmente cierto para los hombres (por los estereotipos) y las personas con mucha autoconciencia (a las que no les gusta cargar a los demás).

En tal situación, podrías tratar de evitar los sentimientos de vergüenza evitando el llanto; las curas populares incluyen empujar la lengua hacia el paladar, tratar de relajar la cara y pellizcarse. Mejor aún, puedes evitar los pellizcos y aún obtener la liberación emocional de llorar al rodearte de personas que no pensarán menos de ti por derramar algunas lágrimas. O, si es posible, considera encontrar un trabajo que no te haga llorar.

El llanto es fundamental para la iconografía religiosa, la mitología y para las experiencias trascendentales profundas. El versículo más corto en la mayoría de las traducciones al inglés de la Biblia cristiana es “Jesús lloró”, que describe la respuesta que tuvo cuando murió su amigo Lázaro. El punto aquí no parece ser que Jesús estuviera tratando de restaurar su equilibrio emocional…

Por lo general, el verso se ve como un signo de la solidaridad de Dios con la humanidad, como el toque de las yemas de los dedos de Dios y el Hombre en el techo de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel: fuimos simplemente creados a imagen de Dios; Él se moldea a sí mismo en base a nosotros, y viene a la Tierra para experimentar tanto nuestras alegrías como nuestras penas. 

El llanto, la experiencia humana por excelencia, puede ser también la más divina.

 

Por Equipo Espacio Mutuo

Mutual de Seguridad

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