¿Qué pasa cuando comes de más? La sobrealimentación nos hace más torpes

por | Nov 7, 2022 | Vivir Mejor

¿Sabías que cada vez que nuestro cuerpo demanda alimento, se incrementa nuestra movilidad y agilidad mental? ¿Y que aumenta nuestra memoria? Así es – incluso aunque no te hayas dado cuenta. 

Y no es casualidad. A lo largo de miles de años de evolución, hemos desarrollado diversos mecanismos biológicos que se aseguran de que consigamos los nutrientes suficientes para nuestro organismo. 

Entre otras cosas, el hambre hace crecer nuestra habilidad para orientarnos en el entorno, denominada “memoria espacial”. A nuestros antepasados primitivos y prehistóricos, eso les ayudaba a recordar el camino para llegar a cierta planta cargada de frutos, o al río más cercano con peces en su caudal. ¿Pero de qué nos sirve eso ahora?

HAMBRE PARA LA MEMORIA

En primer lugar, es importante comprender cómo se dan estos cambios fisiológicos en cada uno de nosotros. 

Cuando escasean los nutrientes, las primeras en ponerse en acción son las neuronas del hipocampo: una estructura fundamental del cerebro, en la cual se encuentra nuestra memoria declarativa, esa que nos permite decir cosas como: “Recuerdo que ayer desayuné café y tostada”. 

El hipocampo también forma parte esencial de nuestra memoria espacial, de manera que, cuando se daña (como ocurre en los pacientes con demencia tipo alzhéimer), las personas no recuerdan qué hicieron (memoria declarativa) y se desorientan incluso en entornos bien conocidos como su hogar (memoria espacial).

Eso explicaría por qué en dietas de restricción calórica, el número de neuronas del hipocampo crece y se incrementa su funcionalidad. Así, el cerebro se hace particularmente “sensible” a los cambios del entorno, por lo que, además de orientarnos mejor, nos permite captar más detalles de lo que nos rodea. Y claro, resulta más fácil sobrevivir.

LOS BENEFICIOS DE UN POCO (SÓLO UN POCO) DE HAMBRE

Por si te quedaban dudas acerca del poder que ejerce el hambre en nuestra mente, recientemente se comprobó que el ayuno intermitente puede revertir los signos de deterioro cognitivo. Para demostrarlo, los investigadores trabajaron durante 36 meses con 99 pacientes ancianos, sometiéndolos a un programa de recorte de calorías. Cuando el programa terminó, no solo perdieron peso y redujeron los niveles de insulina y los signos de inflamación: además, volvieron a presentar un rendimiento cognitivo acorde a su grupo de edad, dejando atrás todos los signos del deterioro cognitivo incipiente.

Otra ventaja a tener en cuenta es que el hipocampo ayuda a interpretar las sensaciones internas de hambre y coordina la conducta con las necesidades energéticas del organismo. Por eso, los pacientes con daños en el hipocampo (resección hipocampal bilateral) pueden devorar una comida y, si de inmediato se le presenta el mismo plato, pueden también devorarlo con la misma voracidad. Se podría deducir que con la restricción calórica respondemos mejor a las señales de saciedad.

COMER DE MÁS NOS HACE TORPES

Parece indiscutible que la falta de alimentos ayuda a que nuestra memoria funcione mejor. Entonces, de la misma forma, ¿existen indicios de que la sobrealimentación perjudique nuestro funcionamiento cognitivo? 

La respuesta, lamentablemente, es sí. Un estudio reciente demostró que el aumento del índice de masa corporal está directamente relacionado con una reducción en la materia gris de nuestro sistema nervioso, incluyendo el lóbulo temporal medial, donde se encuentra el hipocampo. Es más, incluso en niños es posible encontrar una relación directa entre los efectos de una alimentación inadecuada (por ejemplo, mucha comida chatarra con alto contenido en fructosa o abuso de alimentos ultraprocesados) y una reducción del volumen hipocampal. 

Al parecer, la actual dieta occidental -rica en grasas- incrementa los procesos neurodegenerativos y reduce la formación de neuronas nuevas en el hipocampo. Por lo mismo, una dieta equilibrada que evite los excesos calóricos ayudaría a que nuestro sistema cognitivo funcione de un modo más óptimo. Una razón más para cuidar nuestra alimentación…

Por Equipo Espacio Mutuo

Mutual de Seguridad

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