Saludos, besos y abrazos: ¿Cuánto contacto está bien?
Es parte de nuestra naturaleza latinoamericana, la calidez de nuestros saludos. “Bésame mucho” dice la famosa canción de amor… pero, en tiempos de pandemia, vale la pena cuestionárselo: si estamos vacunados con las dosis completas, ¿qué tan seguro es besar o abrazar a alguien fuera de nuestro círculo? ¿Y cuál es el veredicto sobre los apretones de mano en el trabajo, permitidos o aún prohibidos?
Hasta los europeos debieron adaptar sus costumbres frente al virus. Al comienzo de la crisis sanitaria, el presidente francés Emmanuel Macron sugirió a la población abandonar su clásico beso en la mejilla para evitar el esparcimiento del COVID-19.
Ahora, sin embargo, entramos a una nueva era. Aunque las tasas de vacunación no son equitativas en todas partes, personas de todo el mundo están recibiendo sus primeras, segundas y hasta terceras dosis. Al parecer, los franceses han vuelto a saludarse de beso –aunque no todos están felices al respecto. ¿Qué tanta confianza se puede tener?
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Considera cómo se producen los contagios de COVID-19.
“Los datos en sí no han cambiado”, dice la Dra. Jill Weatherhead, profesora asistente de enfermedades infecciosas pediátricas y de adultos en Baylor College of Medicine, en Estados Unidos. “Este virus se transmite a través de gotitas respiratorias y de aerosol. Por lo tanto, sabemos que un contacto más cercano con las personas infectadas aumentará el riesgo de infectarse”.
Pero la vacunación ofrece protección. Una persona vacunada que está infectada exhalará muchas menos partículas con patógenos y tendrá mayores barreras contra la infección. “Aunque, como hemos aprendido con la transmisión de la variante delta, la infección aún es posible en los vacunados, aunque es mucho menos probable», señala Weatherhead.
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Después, considera el tiempo que pasa después de un contacto estrecho.
Todos hemos escuchado de las autoridades de salud pública que, cuanto más tiempo estés expuesto a alguien que podría ser contagioso, mayor será el riesgo de que se infecte. Mucha gente habla de que 15 minutos de contacto cercano te ponen en riesgo, ya sea por un período de tiempo o 15 minutos separados.
Eso es un poco simplista, dice Seema Lakdawala, profesora asociada del Centro de Investigación de Vacunas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos. Incluso menos de 5 minutos de exposición cercana en una habitación interior repleta podría ser todo lo que se necesita para contraer el COVID-19. “Si la persona es extremadamente infecciosa, estar cerca de ella en el interior es un riesgo muy alto”, dice el Dr. Abraar Karan, médico de enfermedades infecciosas de la Universidad de Stanford, Estados Unidos. “Abrazar es lo más cerca que puedes estar de una persona”.
Por el contrario, si estás al aire libre, donde el flujo de aire dispersa esas partículas de patógenos, 15 minutos o más de contacto puede no ser riesgoso.
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Finalmente, el dilema: ¿Abrazar o no abrazar?
Los expertos determinan sus propios límites. “Soy abrazadora por naturaleza», dice Lakdawala. “Si sé que la otra persona está completamente vacunada y yo estoy completamente vacunada, le daré un abrazo. Estoy bien con ese nivel de riesgo”. Por lo general, usa mascarilla, aunque admite que abrazaría a su hermana sin ella: “Conociendo su rutina de su hermana, estoy dispuesta a asumir su nivel de riesgo”.
Sin embargo, existen otras circunstancias a considerar. “En un bar lleno de gente, no”, dice. Y es que el riesgo es demasiado: estás adentro y también estás cerca de muchas otras personas. “Al aire libre, estoy bien”, añade.
Un riesgo mayor que un abrazo sería “sentarse en un espacio cerrado con alguien que no conoces”, agrega Charlotte Baker, profesora asistente de epidemiología en Virginia Tech, Estados Unidos. Baker, que padece una enfermedad inmunodeficiente, también está a favor de los abrazos, con un par de condiciones: “Mientras la gente esté con mascarilla y yo sepa dónde han estado, realmente no tengo problemas con los abrazos”.
En cuanto al punto de “dónde has estado” -si, por ejemplo, el abrazador o el abrazado estuvo en un vuelo de 6 horas el día anterior o asistió muy recientemente a una fiesta en interiores- eso podría hacer que reconsideres o te asegures que tú y la persona que estás abrazando estén utilizando sus respectivas mascarillas.
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Es decir, comparte tu estado personal y tus preferencias.
“Creo que, en este momento, la mayoría de la gente pregunta primero, porque todo el mundo tiene un nivel de tolerancia diferente”, dice Weatherhead. “Si eres el que abraza, pregunta si la persona se siente cómoda: ‘Estoy vacunado y me encantaría darte un abrazo. ¿Te parece bien?’”. El hábito de preguntar ahora es parte de la nueva normalidad. “Ya no es una cosa irrazonable o incómoda de decir”, dice.
Y ese tipo de diálogo abierto también es importante antes de abrazar a un niño. “Pregúntales a los padres”, dice Baker. “Y el padre también debe preguntarle a cualquier persona a la que el niño quiera abrazar”.
Es importante tener en cuenta las precauciones al abrazar tanto a niños como adultos, agrega Baker: lavarse las manos antes y después, mantenerse alejado de cualquier persona que haya estado enferma o expuesta a un paciente con COVID.
LISTA DE RIESGOS
A continuación, te ofrecemos una lista de todos los contactos que podrías tener al interactuar en personalmente con alguien y sus potenciales riesgos, de manera que formes tus propios criterios y niveles de tolerancia.
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BESO EN LA MEJILLA
Estar vacunado ofrece protección, y el beso en la mejilla es fugaz. “A menos que tomes tu mano y te limpies la mejilla y te limpies la boca”, dice Weatherhead, es probable que tengas un riesgo muy bajo de contraer una infección.
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BESO “SOPLADO”, EN EL AIRE
“Estás literalmente soplando aire en la cara de alguien”, dice Lakdawala. “Creo que un abrazo es menos riesgoso que un beso al aire», dice Lakdawala. Lanzar un beso desde el otro lado de una habitación con poca gente no le preocupa, pero “si estás a un pie de distancia de alguien y [quieres] mandarle un beso, ¿por qué no darle un abrazo?”, dice.
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APRETÓN DE MANOS
Tener gérmenes en las manos no te hace contraer COVID-19, pero el riesgo no es cero. Digamos que la persona a la que le estás dando la mano es un extraño con el que te encuentras en el trabajo. Es posible que la persona haya sido infectada y no muestre síntomas. Quizás estornudaron o tosieron en su mano. Luego tocas su mano… y te llevas la mano a la cara, porque todos nos tocamos la cara con mucha más frecuencia de lo que pensamos.
Una solución es desinfectar las manos después de un apretón de manos. De modo que esa pequeña botella de desinfectante para manos que puedes haber llevado al principio de la pandemia sigue siendo un artículo útil para tu bolso o bolsillo.
Otra solución: ¡Renuncia a los apretones de manos! “Ya no me doy la mano”, dice Lakdawala. “La gente se toca demasiado la cara, para ajustarse las gafas o la máscara”. Si alguien te extiende la mano, di algo como: “Oh, mejor choquemos el codo o el puño porque estamos en tiempos de COVID”. Ya verás lo rápido que te acostumbrarás.
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GOLPE DE CODO O PUÑO
Un golpe en el codo es agradable, de muy bajo riesgo, especialmente si no están respirando en la cara del otro mientras golpean. Entonces, la otra persona tendría que tener patógenos en su codo o puño y tú tendrías que recoger esos gérmenes en tu codo o puño y luego llevar tu codo o puño a sus ojos, nariz o boca para infectarse. A menos que seas contorsionista profesional, este parece ser el escenario más improbable para contraer un virus.
Y, si nada te convence, siempre está el saludo a la distancia: nada dice “hola” mejor que un “¡hola!” dicho en voz alta –contacto físico opcional.
Por Equipo Espacio Mutuo
Mutual de Seguridad