¿Te cuesta recordar cosas y te distraes fácilmente? Despeja la niebla cerebral
El espacio en blanco en tu mente, cuando aparece, puede ser confuso. ¿Qué estabas diciendo? ¿Tenías que pasar a comprar pan y leche de camino a casa, o era solo el pan? ¿Por qué de repente es tan difícil prestar atención a lo que estás haciendo y por qué parece que tu cerebro es de repente 30 años más viejo que tú?
Si te sientes lento y olvidadizo, te distraes con facilidad o te sientes completamente abrumado por las tareas cotidianas, puedes estar experimentando un fenómeno común conocido como “niebla cerebral”. Aunque no se trata de un diagnóstico clínico oficial que aparezca en un historial médico, la niebla cerebral puede surgir después de varias noches de insomnio, cuando se toman ciertos medicamentos como los antihistamínicos, o como resultado del jet lag, entre otras muchas situaciones.
Algunas personas experimentan una forma de niebla cerebral después de una comida abundante, durante periodos especialmente estresantes de la vida o cuando se producen grandes cambios hormonales, como durante el embarazo o la menopausia. Sin embargo, también puede ser un síntoma de enfermedad: puede ocurrir con la enfermedad de Lyme, el lupus y la esclerosis múltiple, después del tratamiento del cáncer o incluso durante un resfriado especialmente fuerte.
De hecho, en los últimos años, el término también se ha asociado estrechamente con el deterioro cognitivo que muchas personas experimentan durante o después de luchar contra el COVID-19. Aproximadamente entre el 20% y el 30% de los pacientes de COVID tienen alguna niebla cerebral que persiste o se desarrolla durante los tres meses posteriores a su infección inicial. “Se está convirtiendo en una crisis de salud neurológica”, afirma Michelle Monje, neuróloga de la Universidad de Stanford que ha estudiado el deterioro cognitivo relacionado con la quimioterapia y el coronavirus.
CUÁNDO DEBES IR AL MÉDICO
Independientemente de cuándo o cómo se produzca, la niebla cerebral puede ser frustrante y preocupante. Los problemas cognitivos pueden aparecer y desaparecer, tanto en el caso de la niebla cerebral relacionada con el virus como en otros tipos, señala Jacqueline Becker, neuropsicóloga clínica del Hospital Mount Sinai de Nueva York, Estados Unidos. Pero si los síntomas persisten durante varias semanas o dificultan la vida angustiosamente, hay que buscar una evaluación médica.
“Hay algunas personas que son capaces de seguir con sus trabajos y su vida habitual, pero es posible que necesiten descansos más frecuentes entre las tareas”, dijo Becker. “Y luego hay otras personas que simplemente están completamente incapacitadas por esto”.
Aunque la niebla cerebral suena a una condición vaga y temporal -como un mal tiempo que se despeja con el paso de las horas-, las investigaciones empiezan a demostrar que puede afectar a algunas personas durante meses y apoderarse de muchos aspectos de la vida, a diferencia de la pereza u olvido corrientes.
La niebla cerebral tiende a afectar a la función ejecutiva, un conjunto de habilidades esenciales para la planificación, la organización de la información, el seguimiento de instrucciones y el multitasking, entre otras cosas. “Cuando la función ejecutiva está deteriorada, suele afectar a varios ámbitos de la capacidad cognitiva”, afirma Becker.
CÓMO SE DIAGNOSTICA
La diferencia clave entre el deterioro cognitivo de enfermedades como la demencia, por ejemplo, versus la niebla cerebral, es que esta última no empeora progresivamente como sucede con las capacidades mentales en la demencia o el alzhéimer. Es posible que algunos días sean peores que otros, pero la niebla cerebral tiende a afectar la función cognitiva en la misma medida cada vez.
Diversos análisis de sangre también pueden ayudar a identificar algunas causas de deterioro cognitivo, como la apnea del sueño, la deficiencia de vitamina B u otros problemas hormonales y tiroideos.
Pero la niebla cerebral puede presentarse de tantas formas diferentes, y por causas muy distintas, por lo que puede ser difícil de diagnosticar, incluso en el caso de un paciente que padece una enfermedad general. Una persona con lupus o esclerosis múltiple, por ejemplo, puede experimentar un deterioro cognitivo debido a un daño directo en sus células cerebrales, pero también puede no estar durmiendo lo suficiente, tener una gran fatiga o estar tomando medicamentos que contribuyen a la niebla cerebral.
Los investigadores están descubriendo que una causa más común de la niebla cerebral en los pacientes de COVID, así como en los infectados por otros virus como el VIH y el ébola, e incluso en las personas que se someten a quimioterapia para el cáncer, es la inflamación —un aumento brusco e injustificado de la actividad de las células inmunitarias que puede causar estragos— en el cerebro y el cuerpo. Los estudios demuestran que los pacientes con deterioro cognitivo persistente después del COVID-19 tienen altos niveles de marcadores inflamatorios en la sangre y el líquido cefalorraquídeo.
CÓMO SE DESPEJA
Incluso si los médicos no hallan una causa física para la niebla cerebral, hay medidas que se pueden tomar para manejarla.
Comienza con estrategias de adaptación a corto plazo para gestionar las tareas cotidianas. Escribe notas y programa alarmas para no faltar a tus citas. Tómate descansos regulares durante los proyectos largos para poder mantener la concentración y terminar las tareas. También puedes probar a hacer un seguimiento de tus actividades diarias, utilizando una aplicación en tu teléfono o simplemente un cuaderno para averiguar en qué momentos del día te sientes con más energía y lucidez. A continuación, reserva ese tiempo para realizar tareas más difíciles o complicadas.
Tu médico también puede sugerirte que hagas cambios en tu estilo de vida para mejorar tu salud y energía en general. “Intentamos fomentar el ejercicio cardiovascular, una buena dieta, el sueño y las actividades sociales que se sabe que son beneficiosas para el cerebro”, dice Joanna Hellmuth, neuróloga de la Universidad de California en Estados Unidos.
La actividad física puede ayudar a mejorar la capacidad de concentración, así como a aumentar la conectividad neuronal y la formación de la memoria en el cerebro. Si no sientes ganas de hacer entrenamientos rigurosos, prueba a hacerlos en pequeños intervalos para ir aumentando poco a poco tu capacidad aeróbica.
¡Y acude a tus amigos y familiares para que te apoyen! Los estudios han demostrado que mantener una rica red social no solamente ayuda a reducir el estrés en los momentos difíciles, sino que también puede aumentar la estimulación intelectual y mejorar tu salud cerebral.
Por supuesto, también querrás descansar mejor, lo que, por supuesto, es más fácil de decir que de hacer, especialmente para los pacientes con COVID persistente, los que se someten a quimioterapia o los que experimentan cambios vitales como el embarazo o la menopausia. Toma medidas para relajar tu mente por la noche. Desenchufa los aparatos electrónicos y crea un entorno de descanso.
“El cerebro es extremadamente maleable”, afirma Becker. “Hay pruebas sustanciales de que el cerebro puede recuperarse después de lesiones cerebrales traumáticas y después de accidentes cerebrovasculares, y eso me da la esperanza de que la recuperación después de la niebla cerebral es posible”.
Por Equipo Espacio Mutuo
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